¡Que viva la Democracia!
¿Qué querrá decir mi compadre?
-Pensaba Milta, cuando escuchaba a su compadre-
Por qué esa euforia cuando dice, que viva, esa tal democracia.
Mirta entonces no respondió nada cuando le hice la pregunta pero estuve atenta para escuchar mi explicación.
“Por fin voy a saber que dice el borracho de mi barrio cuando grita: ¡Que viva la democracia!