CONTEXTO POLARIZADO


(*Tomado de conferencia de John Paul Lederach: “Construcción de Paz y Periodismo” – Universidad de Cartagena, 22 de febrero de 2017)

1.    La polarización tiende a aumentar el fenómeno de grupos (“las roscar”):

a.    Me siento seguro con la gente que son más o menos como yo. Se aumenta el sentido de cohesión con la amenaza de afuera.
b.    Afecta los patrones de comunicación. Solo me comunico con los que estoy de acuerdo, y menos con los que no estoy de acuerdo.  La información se filtra porque hablamos es con gente que dice cómo piensa otros y no hablo con el que piensa.

2.    La polarización niega la complejidad de contexto.
a.    Es decir, niega que en todo hay variedad de pensamiento.
b.    Cuanto más polarización, menos capacidad de curiosidad sistémica. La capacidad de curiosidad sistemática consiste en ver lo complejo que son los procesos de cambio.

3.    Cuanto más polarización, mas suben las perspectivas extremistas. 
a.    La información que se reconoce es parcial. Las personas, según su narrativa de su perspectiva, busca fuente que argumentan su punto de vista. Todo esto hace:
·         El cuestionamiento de la validez de la fuente.
·         Hay un juego de visibilidad a unas cosas e invisibilizar a otras.
b.    Es típico de un contexto polarizado, la negación de la complejidad de nuestro contexto, se niega que hay diversidad.

RETOS Y RESPONSABILIDADES DEL PERIODISMO EN UN CONTEXTO POLARIZADO
“Cambiar la tendencia del periodismo moderno” (digital, instantáneo, redes sociales)
Esta tendencia del periodismo en un contexto polarizado es:
1.    Tendencia a lo sensacionalista por encima de lo sistémico (lo complejo).
a.    Colocar el rostro de la violencia y no poner el patrón sistémico de la violencia.
b.    Énfasis sobre la crisis del día que sobre las perspectivas de patrones que están por encima de esa crisis, de lo que produce
2.    Tienden a ser una visibilización sobre lo que va mal, que lo que es optimista (por ejemplo, no muestran el tránsito de la guerra a la paz, lo que implica ese proceso complejo y de etapas).
3.    Tiende a dar espacio a los personajes visibles que a las personas afectadas.
a.    Invisibiliza el nivel comunitario y visibiliza lo más nacional.


Para profundizar, recomiendo el texto: Construyendo la Paz: Reconciliación sostenible en sociedades divididas de John Paul Lederach.

DIARIO DE UNA CONSTRUCTORA DE PAZ

Llevo dos meses sin trabajar.  Al contrario de lo que pueden pensar ha sido lo mejor que me ha pasado durante mucho tiempo.  Curioso.  Pero así se convirtió mi vida de un momento a otro: en un monto de circunstancias que por más explicaciones suenan totalmente extraña.

Ahora tengo tiempo para recobrar viejas costumbres que no sé en que momento dejaron de ser parte de mi vida.  Ahora el café de la tarde con mi tía en medio de unas buenas tertulias me parece maravilloso (¿en qué momento se me olvido eso?)  Me siento en la terraza de mi casa… ¡Vaya!, no recordaba que era eso: de escuchar el balón de los niños y las niñas del barrio, del estribillo de una canción infantil.  ¡Por Dios!, ¿en que momento se me olvidó todo eso? “¿En que me he convertido?”, eso fue lo que pensé cuando el balón cayó en mis pies y uno de los chicos me dice: “Señora, ¿me puede pasar el balón?”

“S-E-Ñ-O-R-A”… ¡Dios mío!  -exclamo- ¿En qué me he convertido?  Si esos mismos niños y niñas tiempos atrás me conocían como “la amiga”.  Para entonces llegaba de trabajar y entraba a ser parte de aquel juego: el yimi, la lleva, el escondió, el fútbol… ¡Por Dios!, en que momento abandone todo aquello.

Ahora entiendo porque varios vecinos que pasan por la calle quedan mirando con gran extrañeza si quien está sentada en la terraza soy yo o no.  Claro, no falta el imprudente, bueno, creo que más que imprudente, no falta el sincero que me diga: “¿y ese milagro?”.


Milagros son los que han sucedido durante estos dos meses, y no precisamente por algún tipo de ritual u oración.  Mi mamá pidió a mi papá que la pellizcara cuando me vio en la cocina lavando platos; mi abuela ya no se preocupa tanto por mi “encierro”; mi papá ya no se queja de mi “humor”…. ¡Barbaridad! -exclamo-  ¿En qué momento me convertí en el ogro de mi familia?, si yo solía bromear y hacer “payasadas” en mi casa, si yo sonreía a cada momento… ahora en mi casa era un ser humano reducido a un “buenos días, buenas noches, hasta mañana”, cuyo espacio era el cuarto… Que ironía que en mi casa me vieran así y en otras partes… vaya… vaya, en otras parte hasta me aplaudían.

La sonrisa de Santiago

Un profesor les dice a sus estudiantes:

-       “Por favor escriban en sus cuadernos las cosas que los hacen felices.

Santiago, de 8 años, se acerca a su profesor y le dice:
-       “Profesor, no creo que pueda hacer esa tarea”.

Su profesor un poco exaltado le dice:
-       ¿Cómo así Santiago, por qué no vas hacer tu tarea? Debes hacerla, tus demás compañeros la están haciendo.

Santiago con gran entusiasmo responde:
-        “Ufff profeee entonces no me alcanzaran las hojas de mi cuaderno”




Presente sin pasado


Viajo con la alegría de quienes regresan al pueblo después de tanto tiempo; del “spary” jocoso que parece sacado de alguna historia de Sánchez Julio…

Cualquier escritor por novato o de experiencia sentiría envidia de mí, porque esto parece un realismo mágico.

Por mas que intento no puedo evitar concentrarme en la conversación de quienes vienen de Venezuela y dudan en volver; de la benevolencia a un expresidente que manifiestan es el mejor que tuvo Colombia; de lo felices que son.  Es que nadie habla de ayer, todo es hoy y mañana... y los niños son culpables de la mala educación…

Me asombra algo, o dudo tal vez en lo que debo pensar: si estoy frente a un pueblo que jamás ha dejado de soñar pese a las circunstancias; uno que no se rinde ni se asusta de su historia; frente a uno que es capaz de olvidar fácilmente; o frente a uno que ignora su propia realidad.

¿Seremos capaces de construir presente sin pasado?





¡Que viva la Democracia!

Mirta le intrigaba algo, y eran las palabras de José Miguel, su compadre, cuando estaba borracho.

¡Que viva la Democracia! 
¿Qué querrá decir mi compadre? 
-Pensaba Milta, cuando escuchaba a su compadre-
Por qué esa euforia cuando dice, que viva, esa tal democracia.

Mirta entonces no respondió nada cuando le hice la pregunta pero estuve atenta para escuchar mi explicación.

Cuando llegó el momento de la reflexión, Mirta, con el mismo entusiasmo de su compadre José Miguel expresa:

“Por fin voy a saber que dice el borracho de mi barrio cuando grita: ¡Que viva la democracia!






Gracias, Valentina


Muchas veces Mónica  lo dudó.

Muchos creían que definitivamente encontraría solución a su “problema”.

No era fácil, estaba sola. 

Quien le dijo que sería fácil, le mentía.

Había perdido el apoyo de muchos

que en algunos tiempos habrían de estar con ella.

No fue fácil, nadie lo negó.

Tampoco serian los años que vendrían adelante.

Pero hoy Mónica ríe y se convence que tomó la mejor decisión.

“Gracias, Valentina"



Este dibujo lo realizó Valentina, de 9 años, cuando su profesor le dijo que hicieran un dibujo sobre el mejor regalo de su vida.